Según declararon los vecinos a El Observador, el primer cambio que notaron fue el silencio, porque "durante 20 años veníamos escuchando el ruido del motor todo el día", dado que la energía hasta ahora se entregaba a los hogares por generadores.
"Es muy importante para los jóvenes, para los niños que están creciendo y van a la escuela ahora, para que se entusiasmen a seguir viviendo en el campo al ver esta experiencia", agregó otra vecina al mencionado matutino.