Artesanos se resisten a abandonar la peatonal y reclaman regularización
9 enero de 2017
Luego de que la semana pasada, la Intendencia de Montevideo desalojara de las peatonales de la Ciudad Vieja a quienes no tengan permiso para vender, los artesanos se resisten a abandonar el lugar.
"Vivimos y comemos de esto" insisten, según informa El País.
El responsable de Promoción Económica de la comuna, Ricardo Posada, había expresado a El Observador que “las peatonales no son espacios de comercialización indiscriminada, sino que son para el uso del público”.
Sin embargo, los artesanos indican que aunque la intendencia prometió regularizarlos, no hubo planteo de propuestas concretas.
A pesar de que el viernes 6 de enero, los vendedores que no estuvieran autorizados debían abandonar la peatonal Sarandí, este lunes, muchos artesanos se reunieron allí con sus mantas pero sin su mercadería para protestar.
María Jesús Graña, integrante de la División de Información y Comunicación de la IMM, manifestó a El País que se había acordado que debían abandonar el lugar, algo que "tienen clarísimo", dijo.
En declaraciones a Montevideo Poral, Vera Martínez, una de las vendedoras, dijo que los inspectores les notificaron este lunes que no pueden estar allí y realizaron una "boleta de intimación, que nadie recibió".
Los vendedores reclaman que la intendencia los regularice, propuesta que hasta ahora no les ha llegado.
Debido a que no se encontraban trabajando, Martínez indicó que se entiende que la boleta hecha por los funcionarios fue para "los paños vacíos, a las telas, porque ninguno estaba con productos para la venta", y agregó que, si hay desalojo, lo resistirán.
"Necesitamos trabajar, vivimos y comemos de esto, pagamos nuestras cuentas. No podemos seguir perdiendo jornales porque la IM no plantea una solución", expresó Martínez.
Agregó: "Se nos dice que incumplimos una norma, pero esta misma administración la incumplió cuando recién asumió, porque nos realojó acá a muchos artesanos prometiendo regularización. Nos censaron un mes y luego esas promesas quedaron en la nada. Y ahora vienen en plena zafra a decirnos que no podemos trabajar más".