Luego de las últimas decisiones tomadas por el Gobierno de Argentina del Cr. Marcos Soto, socio de la consultora CSC Uruguay e integrante de la Dirección Académica de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica, analizó el impacto que puede tener esta situación tanto en Uruguay como en el Mercosur. Escuche la columna.
Luego de que Argentina decidiera de forma unilateral abandonar las negociaciones internacionales que viene llevando adelante el Mercosur como unión aduanera con diferentes países o mercados, ¿qué impactos tiene la noticia para nuestro país y el bloque?
El Cr. Marcos Soto explicó que el Mercosur tiene negociaciones abiertas con Canadá, Corea del Sur, Singapur y el Libano y es de estas negociaciones que Argentina se baja y de las futuras que se emprendan.
Soto entiende que “la movida geo-poliítica que puede haber detrás es importante. Argentina se ha mostrado mucho más cercana a China que a Brasil desde la asunción de Fernández”.
“Al soltarse y desprenderse de etas negociaciones, Argentina puede llegar a transitar un camino propio. Yo siempre digo que no hay que rendirle culto a los acuerdos. Muchas veces leo como que son la panacea, la tierra prometida. Y no, los tratados de libre comercio son instrumentos que deben servir para promover y colocar más producción y trabajo nacional, y adquirir aquellos bienes que no producimos, poder importarlos de forma más eficiente. Pero no son mágicos ni todos son saludables”.
“Tenemos acuerdos vigentes más allá del Mercosur, con México tenemos un TLC, un mercado interesantísimo de más de 126 millones de personas, y no hemos logrado penetrar aún con fuerza”, recordó.
“Tenemos un TLC con Egipto en el marco del bloque y hemos colocado algo de lácteos este año pero no es relevante como mercado, y repito, tenemos un acuerdo con otro gran mercado de más de 98 millones de personas. En ese caso Brasil ha aprovechado bastante para colocar carne. Existe un TLC con Israel con casi 9 millones de personas”, agregó.
Soto entiende que “lo importante es analizar porque no es posible aprovechar todo el potencial de los acuerdos que hay. Indudablemente que cuanto más tengamos mejor, tendremos más instrumentos a disposición, pero creer que por ese hecho vamos a exportar más no es correcto. La realidad suele ser mucho más compleja. Y la necesidad de exportar y generar trabajo no puede esperar”.
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