Todo ocurrió cuando unas 300 personas practicaban senderismo en las proximidades del volcán. Una erupción repentina alcanzó a los senderistas y decenas de personas resultaron heridas por el impacto de rocas y por la inhalación de polvo y gases.
"Las cenizas caían como si fuera nieve. Empapaban la ropa y se adherían tanto a las botas que era difícil avanzar" dijo un miembro del equipo de rescate a la cadena pública NHK. "Nadie podría haber imaginado que ocurriría una erupción así".
La mayoría de las personas huyó presa del pánico, cubriéndose la cabeza para no asfixiarse, según declaran los testigos.
Pero entre 45 y 49 personas no pudeo retroceder y se refugió en la montaña. Mientras tanto, 240 personas fueron evacuadas con la ayuda de helicópteros y más de 500 policías, bomberos y miembros de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) de Japón.