En la ceremonia en el Parque de la Paz de Hiroshima, a la que asistieron alrededor de 55 mil personas, el primer ministro japonés, Shinzo Abe dijo según informa AFP: "Nosotros, los japoneses, somos las únicas personas que experimentamos el horror de la devastación nuclear, tenemos la misión de crear un mundo sin armas nucleares". Los líderes políticos de las ciudades reconstruidas de Hiroshima y Nagasaki han hecho campaña por un mundo sin armas nucleares. Abe, se comprometió a actuar en su contra, para ello, Japón presentará este año en la Asamblea General de la ONU una nueva resolución destinada a abolir estas armas.
Los presentes rezaron por las 140.000 víctimas de la bomba atómica, mientras que un gong marcó la explosión de la bomba. Algunos sobrevivientes hablaron con la prensa y contaron sus experiencias desastrosas.
El festejo se vio empañado por la noticia de que el gobierno pensaba reinterpretar la constitución japonesa, lo que le permitiría a su Ejército participar en conflictos internacionales. La población se mostró en contra, porque eso iría a contramano del carácter pacifista de la carta magna.
El 6 de agosto de 1945, la fuerzas armadas estadounidenses lanzaron una bomba sobre la ciudad de Hiroshima. La cifra de muertos se estima en 140.000 personas. Tres días después el ejército volvió a bombardear en Japón, esta vez en Nagasaki, lo que produjo otras 75.000 víctimas. Fueron dos bombas decisivas para que Japón se rindiera ante la Segunda Guerra Mundial, el 15 de agosto de 1945.