La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que su gobierno logró un acuerdo con el presidente de EEUU, Donald Trump, para suspender por un mes los aranceles que la administración estadounidense impuso recientemente a las importaciones mexicanas.
El acuerdo se alcanzó luego de una conversación entre ambos mandatarios, en la que México se comprometió a reforzar la seguridad en la frontera norte con el despliegue inmediato de 10.000 elementos de la Guardia Nacional.
A cambio, EEUU se comprometió a tomar medidas para frenar el tráfico de armas de alto poder hacia territorio mexicano.
Sheinbaum calificó la conversación como "respetuosa" y destacó que ambos países acordaron que sus equipos de trabajo comenzarán a coordinarse de inmediato en dos frentes: seguridad y comercio.
"Se ponen en pausa los aranceles por un mes a partir de ahora", confirmó la mandataria en un mensaje publicado en redes sociales.
El pasado 1 de febrero, Trump firmó órdenes ejecutivas que imponían aranceles del 25 % a productos importados desde México y Canadá, con excepción del petróleo canadiense, que tendría un gravamen del 10 %.
China también fue afectada con un arancel del 10 % a sus exportaciones, según la Casa Blanca, estas medidas fueron tomadas para presionar a los gobiernos de los tres países a reforzar el control migratorio y frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
La imposición de estos aranceles generó un fuerte rechazo por parte del gobierno mexicano, el 2 de febrero, Sheinbaum expresó su desacuerdo en un mensaje difundido en redes sociales, advirtiendo que estas medidas podrían detonar una guerra comercial en la región.
Sheinbaum también defendió la soberanía de México frente a otras medidas que la administración Trump ha puesto sobre la mesa, como la posibilidad de declarar "organizaciones terroristas" a los cárteles de droga mexicanos.
Esto abriría la puerta a una intervención militar estadounidense en territorio mexicano, algo que el gobierno de Sheinbaum ha rechazado categóricamente.
Con este acuerdo, México gana tiempo para negociar una solución definitiva y evitar la aplicación de los aranceles, que afectarían significativamente su economía.
No obstante, el desafío sigue latente, ya que el plazo de un mes obliga a ambas naciones a encontrar un entendimiento que evite una escalada de tensiones comerciales y diplomáticas.
El gobierno mexicano considera este resultado como una victoria política que demuestra su capacidad de diálogo y defensa de los intereses nacionales frente a las presiones de Washington.
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