Luego de encontrar vivos a los 12 niños y su entrenador que se habían refugiado en una cueva a raíz de las fuertes lluvias, los equipos de salvamento analizan una forma "segura" para el rescate, que consideran, podría demorar "meses".
A los buzos británicos John Volanthen y Richard Stanton les llevó tres horas, ida y vuelta, recorrer 1,5 kilómetros de pasajes con zonas inundadas, y otras abiertas, según contaron.
Son 12 estudiantes de entre 11 y 16 años y un profesor, de 25.
En la primer imagen que se les tomó, se los vio delgados y sucios por el barro. Agradecieron por el rescate, preguntaron "¿Qué día es hoy?" y pidieron comida.
"Son muy fuertes. Mucha, mucha gente está viniendo. Nosotros somos los primeros", indicó uno de los buzos.
El grupo se econtraba en un terreno elevado cercano al agua que inunda partes de la cueva, a unos cuatro kilómetros en el interior donde ingresaron el 23 de junio.
Un equipo médico examinó a las víctimas y cosntataron que ninguna sufre de problemas críticos de salud, según confirmó el gobernador de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn.
Los familiares del grupo se muestran alegres al conocer la noticia en el marco de una operación que fue seguida minuto a minuto en todo el país.
El equipo de rescate llevó alimentos y agua para que dure al menos cuatro meses, así como medicinas.
"No los vamos a sacar hasta que encontremos una forma totalmente segura", dijo a los medios el gobernador de Chiang Rai, provincia en la que se ubica la cueva. Además, se intenta desplegar un cable telefónico para que puedan comunicarse con sus familiares.
Se desconoce cuántes días llevarán las tareas de rescate. Los niños y su entrenador deberán aprender a bucear para salir a la superficie.
Los numerosos pasadizos inundados a lo largo de la cueva son el principal impedimento para el salvamento en una de las grutas más extensas de Tailandia, que se extiende en unos 10 kilómetros.
"Tratar de llevar a los buceadores a través de la cueva es una de las de las situaciones más peligrosas posibles, incluso si es relativamente fácil", explica al diario "Bangkok Post", Anmar Mirza, voluntario internacional que ha liderado la misión.
Existe preocupación porque los pronósticos para los próximos días indican precipitaciones.
"Hay que acelerar el rescate. Si el nivel del agua aumenta, el trabajo será más difícil. Hay que sacar a los chicos antes de eso", dijo el ministro del Interior, Anupong Paojinda.
Desde el sábado 23, unos 1.300 efectivos trabajaron en las tareas de búsqueda y rescate en la gruta del parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, cercana de la frontera entre Tailandia y Birmania.
De acuerdo a la versión oficial, el grupo ingresó a la cueva el 23 de junio para refugiarse de una tormenta que comenzó a inundar la cavidad e impidió su salida.