El presidente electo, Yamandú Orsi, y el futuro canciller, Mario Lubetkin, se reunieron este jueves con familiares de ciudadanos israelíes que permanecen secuestrados por Hamás desde el ataque del 7 de octubre de 2023 en la Franja de Gaza.
Según informó la Embajada de Israel en Uruguay, ambos jerarcas "se mostraron muy conmovidos" al escuchar los testimonios de los familiares, algunos de los cuales ya han recibido la confirmación de la muerte de sus seres queridos, aunque sus cuerpos siguen en manos de la organización terrorista.
Uno de los momentos más impactantes de la reunión fue cuando Omri, hijo de Oded Lifshitz, fue notificado del asesinato de su padre durante el encuentro.
Sus restos fueron repatriados el mismo día a Israel, la embajadora israelí en Uruguay, Michal Hershkovitz, acompañó a la delegación y compartió imágenes del encuentro a través de sus redes sociales.
Este encuentro se produjo un día después de que el actual canciller, Omar Paganini, mantuviera una reunión con los mismos familiares, en el marco de la agenda de apoyo y visibilización de la situación de los rehenes.
Respaldo a Negro
En otro orden, Yamandú Orsi respaldó las recientes declaraciones del futuro ministro del Interior, Carlos Negro, quien afirmó que "la lucha contra el narcotráfico está perdida".
El presidente electo explicó que su visión responde a una problemática global: "Esto en el marco de lo que es mundial, que entre compromisos y fracasos, entre la hipocresía que en el mundo existe con respecto a estos temas y en un comercio mundial de estos productos que no se frena nunca, hay un dato de la realidad", señaló.
Las declaraciones de Negro generaron la reacción del actual ministro del Interior, Nicolás Martinelli, quien lo cuestionó por "entrar a la cancha diciendo que el partido está perdido".
Orsi evitó entrar en la polémica y pidió respeto entre las autoridades entrantes y salientes: "Lo mejor es el respeto por la investidura de cada uno: un gobierno que está gobernando y hace su tarea, y un gobierno que fue electo", afirmó.
"Nuestra gente necesita otra cosa y no que nos tiremos piedras", concluyó.