Olivera: "Pegarle a la piedra y después a la pelota"
20 mayo de 2014
“Con Emiliano Díaz en las prácticas él se me tira a los pies para que yo le pegue y rebote. La jugada fue bien practicada y salió notable. Igual, yo tendría que haberle pegado un poco más fuerte para que entre arriba, pero ta (risas)”.
Así, en declaraciones para los colegas de 13 a 0 de Radio El Espectador, se refirió Maximiliano Olivera, el autor del tanto que le dio el título del Clausura a Wanderers. El lateral zurdo, una de las figuras del equipo, surgido del club, seguramente hizo el gol más feo de su carrera, pero el que más gritó, por lejos.
Todo el plantel coincide en dos cosas: la justicia de consagrarse campeones y que en el partido definitorio no jugaron bien y sufrieron más de la cuenta. Pero así, sufriendo, se disfruta un poco más todavía.
“Yo creo que somos justos campeones. A veces el fútbol es muy injusto, pero merecíamos esto y la verdad que estoy muy contento. Inconscientemente nos metimos atrás, después que hicimos el 1 – 0. Creo que fue error nuestro, pero se puso lo que había que poner, mucho huevo para sacar este partido, y la verdad es que este grupo se lo merece”, dijo el goleador de la tarde floridense.
Mil cosas pasan por la cabeza cuando se logra algo tan importante. Los inicios, las malas, las no tanto, pero la familia y los amigos –claves a la hora de enseñarle a patear con el efecto que usó en su gol- siempre están presentes a la hora del festejo y del agradecimiento. Olivera no es la excepción:
“Agradecerle a toda mi familia por lo que estoy viviendo, que si no fuera por ellos no estaría jugando al fútbol, no estaría acá. Soy muy consciente de eso. Después, a todos mis amigos que me apoyaron siempre, que me ayudaron mucho en ese ‘fulbito’ a pegarle a la piedra y después a la pelota, como hoy (risas). Ahora estoy tan contento que no sé qué decirte, porque esto que estoy viviendo es un sueño y no me quiero despertar nunca más”.
El trabajo en las formativas del club dio sus frutos para que Wanderers, con gran mayoría de pibes surgidos de su cantera y con un plantel con un promedio de 22 años, salga campeón después de 8 décadas. Aunque Maximiliano tiene claro que esto no se termina acá.
“El premio es para todo el grupo. El cuerpo técnico se lo merecía también. Y para estos jugadores, que venimos jugando juntos desde hace 5 o 6 años por lo menos, es increíble. Me parece que estoy jugando en la cuarta porque estoy jugando con ellos; es un sueño.”
“Vamos a festejar mucho porque hoy terminó este campeonato y lo conseguimos. Pero ahora tenemos las finales y vamos por todo.” Wanderers tiene la torta, y ahora va por la frutilla.
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