A tan sólo horas de haber derogado la polémica reforma a la Seguridad Social, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ordenó asaltar la sede donde los estudiantes resisten.
La tensión continúa tras una serie de violentas manifestaciones y se mantiene con barricadas en distintos lugares de la capital, entre ellos, estudiantes de la Universidad Politécnica (Upoli) que denunciaron haber sido atacados por fuerzas antidisturbios cuando realizaban una vigilia por sus compañeros muertos.
Los estudiantes compartieron videos en redes sociales en los que mostraban imágenes dramáticas, con disparos de fondo y los gritos de desesperación de los estudiantes que pedían ayuda para los heridos. (Se sugiere ver con discreción)
?? FUERTES IMÁGENES | VER CON DISCRECIÓN Uniformados de Ortega arremeten a tiros contra estudiantes que se manifiestan en el país. Varias fuentes reportan el asesinato de un cuarto estudiante. #Nicaragua pic.twitter.com/XxsTWDcSDz
— Yusnaby Pérez (@Yusnaby) 20 de abril de 2018
Médicos reclaman un cese la represión a los estudiantes. https://t.co/KfzIJjdrV0 pic.twitter.com/Du9fJfC4Gj — La Prensa Nicaragua (@laprensa) 23 de abril de 2018
La decisión del mandatario parece no haber sido suficiente para los nicaragüenses que el domingo se reunieron en la Carretera a Masaya, sede de empresas nacionales y extranjeras, para reclamar por un cese a la represión y por la salida del presidente Daniel Ortega.
"No eran delincuentes, eran estudiantes", decían quienes marchaban en respuesta al discurso del presidente, que calificó de "pandilleros armados" a los manifestantes sobre quien sostuvo: "se matan entre ellos mismos".
Las manifestaciones se han sucedido desde el miércoles luego de que Ortega impusiera una reforma a la Seguridad Social en la que se incluía una reducción del 5% de las pensiones y aumentos a las cuotas entregadas por la patronal y los trabajadores.
Por primera vez en 11 años, las cámaras empresariales rechazaron las reformas y se distanciaron de la relación que mantenían con el mandatario.
Cervantes dedicado a "quienes siguen luchando sin más armas que sus ideales"
“Escribo entre cuatro paredes, pero con las ventanas abiertas”, dijo el escritor Sergio Ramírez el lunes, durante la ceremonia del Premio Cervantes, rompiendo un poco el protocolo literario en un acto que fue presidido por los reyes de España y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Portando un lazo negro en su solapa, y desde el púlpito del Paraninfo de la Universidad de Alcalá, el escritor nicaragüense expresó: “Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales porque Nicaragua vuelva a ser república”.
Y agregó: “como novelista no puedo ignorar la anormalidad constante de las ocurrencias de la realidad en que vivo”. “Cerrar los ojos es traicionar el oficio”, dijo quien ocupara la vicepresidencia de ese país desde 1985 hasta 1990, para destacar la relevancia que su escritura le otorga a aquellos que la historia ignora.
En esas "ventanas" a las que Ramírez se refirió, se cuela una semana sangrienta de protestas que, de acuerdo al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) ha dejado 25 muertos, cifra que puede aumentar en las próximas horas.