Andrés Manuel López Obrador, realizó un cierre de campaña que se acercó bastante a una celebración anticipada, teniendo presente los buenos resultados que las encuestadoras le pronostican.
El tres veces candidato eligió el Estadio Azteca de la Ciudad de México ante miles de personas durante el miércoles coronando una agotadora campaña que lo ha llevado a recorrer cientos de pueblos y ciudades.
Con este "baño de masas", el favorito a ocupar la presidencia exhibió su poderío. Apareció en el campo de juego del estadio tomado de la mano de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller.
En su discurso prometió combatir la inseguridad y se citó como ejemplo de honestidad, con la capacidad de cambiar el rumbo del país. “He conducido mi vida con rectitud y esa honradez es con la que queremos transformar México”, señaló.
El candidato hizo hincapié en que esta transformación será pacífica, popular y radical: “Y que nadie se asuste con lo de radical, que viene de raíz, se trata de cambiar el actual régimen desde la base”, indicó.
Lucha contra la corrupción, fin de los privilegios, rescate del campo o fin de la reforma energética, son algunos de los puntos que integran las prioridades programáticas de López Obrador, resaltadas durante su oratoria.
Por otra parte, dedicó un tiempo para a recordar a quienes lucharon por su victoria y por el fin “de un régimen corrupto y autoritario que llega a su fin”.
En una jornada laborable, Obrador logró convocar a más de 100.000 personas enviando así un mensaje a quienes dudan de su estado de salud. A sus 64 años mostró un buen estado físico y habló enérgicamente.
Fuente: El País de Madrid
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