Un holandés, de nombre Anton Schuurmans, decidió a sus 29 años salir a denunciar la masiva presencia de baches en las calles de Bruselas con una forma ecológica de protesta: colocar flores en cada agujero.
Cada vez que detecta o le avisan de la existencia de un pozo, el holandés sale con sus plantas, tierra y regadera y lo transforma en una pequeña mazeta para un geranio o un narciso.
Es así que cada vez que se encuentra un bache, estas plantas asoman como perturbadores avisos para ciclistas o conductores y son un llamado de atención a la clase política para que corrija el problema.
Según publica El País de Madrid en su crónica, aunque Schuurmans es un militante del partido democristiano CD&V, no pretende con su acción impulsar ninguna revuelta. Solo busca movilizar recursos municipales para reducir el número de pozos.
Su iniciativa generó un inusual consenso entre fuerzas políticas distintas. Destacados dirigentes como el titular de Inmigración, el nacionalista flamenco Theo Francken o el ecologista Bruno de Lille, han destacado su particular método de denuncia.
"Las flores han unido a la izquierda y la derecha. Es el mejor sueño para un centrista cristiano", afirmó Schuurmans en su cuenta de Facebook.
Fotos: The Telegraph y ABC News