Tras concluir con su visita a Estados Unidos, y a pesar del buen tono de la visita, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, realizó un discurso donde no sólo atacó la guerra comercial y el nacionalismo sino que también destacó la lucha contra el cambio climático, el multilateralismo y el pacto con Irán, aspectos con los que el mandatario Donald Trump discrepa fuertemente.
En los últimos días se los pudo ver de buen ánimo y sumamente cercanos: plantaron un roble frente a la Casa Blanca, intercambiaron besos, estrecharon sus manos varias veces ante las cámaras y se halagaron mutuamente.
A diferencia de otras visitas, ésta sin dudas ha mostrado un Trump mucho más "acaramelado" dejando ver una relación privilegiada entre ambos presidentes, ya que, se han visto en otras seis oportunidades y han hablado por teléfono unas 25 veces.
“Es que Macron me gusta mucho”, había bromeado Trump ante los periodistas y, probablemente Macron haya encontrado en el presidente de Estados Unidos, una fórmula para impulsar su política exterior.
“La convicción de Trump de que EEUU no tiene que cargar con todos los problemas internacionales, es una forma de desoccidentalizar la política exterior que se ajusta a la visión francesa”, explica a El País de Madrid, Célia Belin, experta del think tank Brookings Institution.
A Francia, la relación le da un espacio, antes acaparado por el antecesor de Trump, Barack Obama con un discurso final en el Congreso que fue visto como un "guiño" al pronunciado por el general Charles De Gaulle quien el 25 de abril de 1960 se dirigió al pueblo norteamericano desde la misma tribuna.
Y en esa oportunidad, el presidente francés hablaba de tú a tú a Estados Unidos al tiempo que defendió la importancia de su amistad.
En su exposición, el mandatario francés dejó en claro que ambos países comparten ideales como la lucha contra el nazismo y el "sufrimiento que ambas naciones han padecido por sus valores”. El auditorio irrumpió varias veces con aplausos.
“Es un momento crítico, si no actuamos como una comunidad global, ni la ONU ni la OTAN serán capaces de mantener la estabilidad” dijo Macron, que si bien se presentó como el amigo de Trump, aprovechó la instancia para mostrar sus diferencias desmarcándose del aislacionismo e impulsando un "multilateralismo fuerte".
Fuente: El País de Madrid