Ernesto Talvi volvió a aparecer públicamente para analizar el triunfo de Yamandú Orsi en el balotaje. Desde su posición como investigador en el Real Instituto Elcano, el excanciller vinculó la victoria del FA al "peso de la economía de bolsillo". "A pesar de que lo predecían las encuestas, el triunfo de Orsi fue recibido con sorpresa porque ganó con holgura", explicó.
En su artículo, Talvi destacó que, a pesar de la recuperación económica, los votantes castigaron al oficialismo.
"Lo que costaba 100 al inicio de la pandemia hoy cuesta 130 en Uruguay. Este aumento del costo de vida afectó el poder adquisitivo de los salarios y, en consecuencia, el bolsillo de los votantes", afirmó.
Según su análisis, esta tendencia regional y global se refleja en recientes elecciones donde predominan los triunfos de la oposición, salvo excepciones como el caso de México.
Talvi señaló que las políticas económicas de López Obrador en México lograron incrementar el salario real, algo que, según él, no ocurrió en Uruguay.
"No es necesariamente la subida de precios lo que afecta, sino su impacto en el poder adquisitivo de los salarios", concluyó. Este factor, a su juicio, fue decisivo en el resultado electoral.
En guerra
Mientras Talvi reflexionaba sobre la derrota del oficialismo, en el Partido Colorado se desató una interna feroz entre los senadores electos Raúl Batlle y Pedro Bordaberry.
Las tensiones escalaron después de que Bordaberry encabezara reuniones con Yamandú Orsi, lo que generó fuertes críticas dentro del partido.
"Él no vino a unir, vino a romper", disparó Batlle en referencia a Bordaberry y agregó que el líder de Vamos Uruguay regresó impulsado por "enojados" tras haber sido derrotados en las internas por Andrés Ojeda.
"Si era tan guapo, ¿por qué no estuvo en las internas?", cuestionó Batlle, agregando que Bordaberry "no respeta a las instituciones ni al Partido Colorado".
El enfrentamiento personal entre ambos alcanzó momentos tensos cuando Batlle comparó a Bordaberry con su padre, el expresidente Juan María Bordaberry.
"Parecerte a tu padre no es un insulto, pero siempre sentimos cierta vergüenza por lo que hizo. Hoy aparece esa vergüenza", dijo en referencia al rol del expresidente en el inicio de la dictadura cívico-militar de 1973.