La gatita padece una extraña enfermedad en los músculos del rostro que le impide realizar algunas expresiones características en la cara de un gato.
Como conclusión siempre se le ve un triste. Esto impacta en su adopción porque nadie quiere adoptar un animal con un rostro triste.
Además sus articulaciones están mal constituidas, lo que le dificulta caminar. A eso se suma un problema en la sangre que le hace la piel muy delgada y la deja muy expuesta a lastimarse.
Por si todo esto fuera poco, padece pérdida de cabello por unas costras que le salen en el cuerpo, lo que obliga a quién la adopte a tener cuidados muy altos.
Según publica Infobae, Tucker es cariñosa pero su aspecto pesa más a la hora de adoptarla.
Fuente: Infoabe