Días pasados el Gobierno anunció que la próxima temporada será muy peculiar. Las fronteras estarán básicamente por la propagación del COVID-19 y este nuevo fuerte empuje que estamos atravesando en Uruguay. En el programa Fuerte y Claro, el Cr. Marcos Soto, socio de la consultora Cibils Soto Consultores, analizó este escenario. Escuche la columna.
Soto recordó que las últimas cifras disponibles muestran que durante 2019 el turismo receptivo dejó en Uruguay más de USD 1.700 millones en divisas.
En el año 2018 fueron USD 2.154 millones. El año pasado entraron más de 3.200.000 visitantes.
“Son números muy relevantes. No hay en nuestro medio exportaciones de bienes que sean equiparables con esta generación de divisas”, sostuvo.
Soto agregó que en este primer trimestre de 2020 se habían generado divisas por USD 675 millones con un ingreso de algo más de 1 millones de turistas”.
“Esto es una retracción del 13% versus el primer trimestre de 2019 en dólares y un 9% menos de visitantes aproximadamente. Refleja en algo el contexto que planteaba recién”, explicó.
Soto sostuvo que “el impacto es importante para el sector por todo lo que implica en la cadena y por todos los sectores involucrados de diferentes departamentos”.
“También es cierto que se verá matizado esto último porque también habrá menos uruguayos viajando al exterior, o sea que se espera que haya más turismo interno. Se estima que los uruguayos gastaron en el exterior por turismo en 2019 unos USD 1.200.000 millones”.
“Es un error significativo creer que todo ese gasto se va a volcar al mercado local. Es probable que no ocurra. Porque la propensión al gasto es obviamente menor cuando te quedas en tu país, además de que las condiciones han cambiado, sobretodo laborales para un sector significativo de la población”, dijo.
“Esto que le ocurre a Uruguay por supuesto no escapa a lo que ocurre en otros países del mundo, también con alta incidencia del turismo” y “creo que hay que analizarlo con detenimiento porque es importante que no muchas empresas dedicadas a este rubro quedne por el camino. Sería dolorosa que se destruyera capacidad instaladas para la atención del turista, porque eso no se recupera de forma automática”, cerró.
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