El hecho fue informado por las autoridades y por la compañía Lockheed Martin, encargada de supervizar los datos. Esta empresa intentó recuperar la información por dos semanas, pero al no conseguirlo debió informar a las Fuerzas Aéreas lo ocurrido. Ahora se solicitó apoyo a los profesionales informáticos del Pentágono.
No se descarta ninguna hipótesis, pero sí creen que el hecho no fue intencional sino que se trata de un accidente.