Se trata de un metal tratado con un láser potente, cuyos pulsos tienen la potencia equivalente a toda la red eléctrica de EEUU, que puede repeler el agua completamente sin la ayuda de cobertura alguna.
Según informa Discovery, las aplicaciones de este descubrimiento van desde evitar el congelamiento de las alas de los aviones al volar hasta mantener inodoros y letrinas impolutos sin necesidad de utilizar agua.
Los investigadores afirman que incluso serviría para crear metales con propiedades inversas que, por ejemplo, puedan absorber luz en lugar de reflejarla.
Así funciona: