El politólogo Andrés Raggio en el programa Fuerte y Claro reflexionó sobre cómo el gobierno y el GACH, que fuera considerado pieza clave en el combate a la pandemia, dieron por finalizada la función de asesoramiento en el momento de mayor número de contagios y de muertes por Covid -19 en el país. Escuche el análisis.
Raggio recordó que el año pasado a poco más de un mes del primer caso de Covid-19 en Uruguay, se conformaba el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), brindando insumos y conocimiento con más de 80 informes a la toma de decisiones del gobierno.
Agregó que había un aumento significativo de la imagen de la ciencia como respuesta a la crisis y las loas desde el exterior por la gestión de la pandemia.
A la vez afirmó que en medio de este período, el gobierno discutía la ley de presupuesto, donde se retaceaba la capacidad del progreso científico.
El politólogo dijo que paralelamente , la figura presidencial, típica de los presidencialismos, se erigía como el gran timonel en la tempestad, pero con una característica clara, la verticalidad en la toma de decisiones.
Recordó que a finales del 2020 la gestión de la pandemia, "empezó a ir por la borda" producto del aumento de casos, ya no parecía tan eficaz. En febrero de este año, el GACH propuso una serie de medidas que no fueron recibidas como se esperaba por el gobierno, siendo el primer y más evidente cortocircuito.
"Lo científico se comenzaba a cuestionar como partidario, e incluso como oposición al gobierno. La libertad dejaba de ser responsable", comentó.
Raggio añadió que el final del GACH se da en un momento donde la pandemia golpea duramente al país, nadie puede creer que el trabajo está hecho, aunque ambas partes destacan que las recomendaciones son suficientes.
Sostuvo que el reconocimiento público previsto por el gobierno para el 8 de julio, "parece ir a contrapelo de lo que se ve" y sentenció "no hay espacio para festejo".