La Intendencia de Montevideo inició la demolición de un muro perimetral en el "Complejo Quevedo", que había sido construido de forma irregular por una organización familiar que controlaba la zona y se dedicaba al narcotráfico y a apropiarse de viviendas de manera ilegal.
El muro fue demolido por funcionarios de la Intendencia de Montevideo, escoltados por la Guardia Republicana y el Grupo de Reserva Táctica de la Jefatura de Policía de Montevideo.
Según informaron los encargados del operativo, la Policía también pudo desmantelar el sistema de videovigilancia que tenían funcionando los delincuentes, con un total de 36 cámaras activas.
En el operativo se recuperaron cinco viviendas usurpadas, una de las cuales era utilizada como local de venta de drogas y centro de monitoreo de las cámaras.
El Ministerio del Interior informó que en otra de las viviendas funcionaba un almacén "pantalla" y en las otras tres vivían residentes no autorizados.
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