El 15 de febrero se produjo la inauguración de la XLIX legislatura, que será la primera sin mayorías luego de 15 años de gobiernos del Frente Amplio. Además, se entrenan nuevos partidos, como Cabildo Abierto, PERI y Partido de la Gente. Esto invita a analizar la estructura del sistema dentro del Parlamento, el cual puede caracterizarse como un sistema multipardista fragmentado, aunque tiene sus matices por las particularidades del caso. Escuche el análisis del politólogo Andrés Raggio en el programa Fuerte y Claro.
Recientemente se produjo la inauguración de la XLIX legislatura, la cual no está exenta de expectativas, no solo por ser un hecho importante en la vida de la República y de la democracia del Uruguay, sino también por ser la primera sin mayorías luego de 15 años de gobiernos del Frente Amplio, quien igualmente sustenta mayorías relativas (en ambas cámaras).
La nueva legislatura cuenta con siete partidos políticos: Frente Amplio (FA), Partido Nacional (PN), Partido Colorado (PC), Cabildo Abierto (CA), Partido Independiente (PI), Partido Ecologista Radical intransigente (PERI) y Partido de la Gente (PG). Además, hay tres debutantes: CA, PERI y PG. No obstante, solo CA cuenta con representación en la Cámara Alta (Senadores).
La composición de la Senadores (considerando solamente sus titulares, los cuales muchos de ellos no serán los que efectivamente ocupen las bancas, por motivos diversos como ocupar puestos del Gobierno o de intendencias) quedó conformada por 13 del FA, 10 del PN, 4 del PC y 3 de CA.
La llamada cuota femenina está muy por debajo de lo esperable, contando con cinco senadoras del FA, tres del PN, y una de CA, el PC no tiene senadoras. En cuanto a la renovación política, tan mencionada por los propios actores, no parece ser tal en este caso, ya que de los 30 en total los debutantes son 8 (FA: Bergara, Cosse, Della Aventura; CA: Domenech, Manini Ríos, Moreira; PN: Sartori; PC: Talvi).
En cuanto a la composición de la Cámara Baja o Diputados los escaños se repartieron de la siguiente forma: 42 FA, 30 PN, 13 PC, 11 CA, y uno para el PI, PERI y PG. En este caso la participación femenina tampoco es significativa: 15 FA, 1 PN, 2 PC y 3 CA. La renovación en este caso sí es mayor a la otra cámara: 13 FA, 10 PN, 6 PC, 11 CA y Vega por el PERI.
En el caso del PG el Diputado Peña ha participado de las últimas cinco legislaturas, las primeras cuatro representando al PN.
Multipartidismo Fragmentado
Sobre el sistema de partidos, el mismo puede ser caracterizado como un "multipartidismo fragmentado", no obstante, por las particularidades de esta legislatura cabe hacer algunas aclaraciones.
Según Maurice Duverger, politólogo francés, los sistemas de partidos pueden ser unipardista, bipartidista o multipartidista. Es claro que desde la salida de la dictadura el Uruguay cuenta con un multipartidismo, ya que al menos tres partidos han sido competitivos en casi todas las elecciones, siendo el caso más emblemático las elecciones de 1994 cuando hubo casi un triple empate: PC con 30.9%, PN con 29.8% y FA con 29.3%.
Por otro lado, el politólogo italiano, Giovanni Sartori, agregó a esto clasificación algunas categorías o variables clave para determinar el peso real de cada partido en el sistema, ya que, y poniendo de ejemplo el caso de la actual legislatura, no será lo mismo por su cantidad de escaños CA (11 en Diputados y 3 en Senadores) que el PERI (1 en Diputados).
Estas variables refieren a la capacidad de coalición que tendrá cada uno de ellos, es decir, si efectivamente cuentan con participación en el poder; así como la capacidad de chantaje o re-direccionamiento del juego político, en este caso las posibilidades reales que tiene un partido político de hacer valer sus escaños, pudiendo generar fuerzas centrípetas (que tiendan al centro ideológico), como centrífugas (que tiendan a los extremos).
Dado lo anterior y también los resultados de la nueva legislatura, el sistema de partidos uruguayo actual, a priori, podría ser caracterizado como un "sistema multipartidista fragmentado" ya que los partidos con capacidades de coalición y con posibilidades de chantaje reales al menos son 4 (FA, PN, PC y CA).
Esto no quiere decir que en una votación reñida el resto de los partidos terminen siendo, lo que se denomina en inglés, veto players, es decir, partidos con capacidad de veto, ya que su apoyo o no a un proyecto de ley puede ser determinante para su aprobación.
Por otro lado, aunque solamente son aproximaciones y encasillamientos que muchas veces son difíciles de hacer y de corroborar a ciencia cierta, si posicionáramos ideológicamente a los partidos, pondríamos al FA en la centro-izquierda, mientras que el PN y PC podrían oscilar entre el centro y la centro-derecha, así como por algunas manifestaciones de dirigentes de CA podría ser considerado un partido de derecha.
Esto permitiría caracterizar al sistema como pluralista segmentado, pero también podría eventualmente considerarse como polarizado, y más si tomamos las palabras recientes de José Mujica que ha manifestado que "si el Poder Ejecutivo quiere imponer una polarización, la va a tener".
Cabe resaltar la particularidad de la actual alianza del Gobierno, ya que la llamada coalición multicolor no es una coalición que se proyecte en un sistema parlamentarista.
En estos las coaliciones dan la posibilidad a un gobierno formarse, como en España, lo que genera una fuerte dependencia en la medida de que si la coalición se rompe el gobierno y este se queda sin mayorías se produce una caída de todo el gobierno.
En el caso de los presidencialismos, como el de Uruguay, el Gobierno actual (hoy del PN) aún desarmándose la coalición no saldría del Poder Ejecutivo, aunque perdería la gobernabilidad en el Parlamento por no contar con suficientes legisladores.
Esto lo obligaría a comenzar un proceso de negociaciones ley por ley. Por tanto, es probable que estemos en presencia de una de las legislaturas más dinámicas de las últimas décadas.
Como primer paso para seguir el tema habrá que ver cuan destructiva o cooperativa es para la coalición la Ley de Urgente Consideración, y una vez aprobada, observar el comportamiento de las bancadas en el Parlamento.