Educación, parece la columna de hace un año

Hace un año quedaba en evidencia que la conducción de Enseñanza Secundaria, teniendo los recursos disponibles, no había avanzado en el plan de obras requerido para refaccionar o poner en condiciones los locales liceales. Se explicaba que, debido a la previsible licencia de la construcción, las obras recién comenzarían a mediados de enero y era difícil que se llegara al comienzo de clases con las obras finalizadas.

Insólito porque la plata estaba disponible desde varios meses atrás y no hay cosa más previsible que la licencia de la construcción y la fecha de comienzos de clases (todos los años caen en las mismas fechas), sin embargo no se había previsto la coincidencia de las fechas y lo exiguo de los plazos.

Llegó marzo de este año y las clases empezaron tarde y mal, muy mal. Numerosos centros educativos no estaban en condiciones de dictar clases y la tardía elección de horas determinó la postergación del comienzo de clases por, al menos, una semana.

La reacción sindical agravó el panorama plagando de paros y suspensión de clases buena parte del año lectivo que acaba de finalizar. Tan afectado fue el año lectivo que sobre julio o agosto el propio Presidente reclamó que se recuperara el tiempo de clases perdido, sin embargo la conducción de Secundaria hizo oídos sordos al planteo sensato del Presidente y no recuperó prácticamente nada de la gran cantidad de horas de clase perdidas.

Resultado: un año de clases irregular, incompleto y plagado de dificultades. ¿Cuál podría ser la moraleja ineludible? Tomar nota de los problemas ocurridos y definir un nuevo curso de acción que permitiera superar los errores cometidos. Por otra parte, como resultado de tanta catástrofe, el gobierno había sustituido a los integrantes del Consejo de Secundaria para renovar la gestión y apostando a un cambio que resolviera los gravísimos problemas detectados.

 Nada de eso, por el contrario un año después el panorama parece un calco del año anterior.

Esta semana nos enteramos de que nuevamente la elección de horas docentes en Secundaria se posterga para febrero por problemas administrativos, tecnológicos y por la enorme  incapacidad para resolverlos. Por lo tanto, parece copiado del anuncio de hace un año, se informa que deberá postergarse el comienzo de clases, todavía nadie sabe a ciencia cierta, para qué fecha.

Pero aquí no termina la cosa. Nuevamente se anuncia que las obras de refacción y puesta a punto de los centros educativos estarán afectadas por…la licencia de la construcción!!! Sí, otra vez un hecho cierto y absolutamente previsible se vuelve la excusa que supuestamente explica por qué otra vez, teniendo los recursos económicos disponibles, no logran ejecutarlos a tiempo para dar una respuesta básica de infraestructura física para la educación.

Ni preguntemos qué ocurre con el número de nuevos establecimientos educativos prometidos. Los acuerdos educativos multipartidarios de 2010 establecían que para fines de este período de gobierno, los grupos de clase en la enseñanza media no deberían superar un tamaño de 30 estudiantes. ¿Alguien tiene alguna duda de que esa meta será incumplida?

Entonces, el Consejo de Secundaria, ahora con su nueva integración, vuelve a demostrar una inefable incapacidad para resolver asuntos básicos y fundamentales de la gestión.

Es lisa y llanamente inadmisible la situación que estamos viviendo. Parece que no hay conciencia de que estas cosas afectan a miles de docentes que no sabrán hasta comienzos de febrero en dónde y cuántas horas les tocarán dictar durante el próximo año. Parece que no hay conciencia de que esto afecta a cientos de miles de estudiantes que nuevamente se enfrentan a un comienzo de año plagado de incertidumbres, postergaciones y malas condiciones para el estudio.

Seguramente, como ya se ha anunciado, los sindicatos docentes manifestarán nuevamente su indignación afectando con paros nuevamente los días de clase y así se prolonga un estado de cosas inaceptable que hunde a nuestra educación en la resignación y la degradación.

Es increíble lo que está pasando con la educación en este país. Es increíble que el gobierno no tenga la capacidad de cambiar esta situación, ni siquiera en asuntos tan básicos como los que estamos mencionando en este caso. Porque ni siquiera nos referimos a cambios en la gestión de los centros educativos o a la discusión de la actualización de los contenidos educativos.

Estamos hablando de tener la casa en orden para empezar las clases en tiempo y forma, nada más que eso y ni siquiera eso son capaces de lograr.

De este modo, la conducción de la educación no hace otra cosa que multiplicar las condiciones del desaliento y abandono de las nuevas generaciones con respecto al sistema educativo.

Tendrían que dar un paso al costado.

Por Pablo Mieres