El jefe de Estado lo miró y le dijo que si le lloraba no le daba dinero. Mujica pidió a una persona de su entorno que lo ayudara pero "El César" quería que se la diera él.
Mujica abrió la billetera y se la dió ante la mirada emocionada del indigente: “Tomá, pero no llorés, carajo”, dijo el presidente.
“Quiero que sea presidente toda la vida”, le dijo el mendigo y Mujica en ckave de humor respondió: “No, no. ¡Sos loco?”.