Según informa la web argentina Diario de Cultura, los dueños de estás imágenes que parecían ser del ícono del pop art las tuvieron más de tres años sin saber que los no cuadros no tenían ni firma ni números de serie.
El robo de los originales para dejar estas copias fue catalogado como el crimen perfecto. Se calcula que los grabados valen unos 350 mil dólares y que forman parte de las series Especies en vías de extinción y Diez retratos de judíos del siglo XX, que el artista realizó en 1980 y 1983.
De mometo la policía en Los Ángeles, que ha manejado el caso con mucho hermetismo, indicó que las láminas de Warhol decoraban las paredes de un negocio familiar dedicado a la edición de cine en el cuarto piso de un edificio de oficinas.