Sde Eliyahu, situado al norte de Cisjordania y a poca distancia de la frontera con Jordania, sería una más de las comunidades de organización comunal similares de la zona dedicadas a los cultivos agrícolas o vitícolas si no fuera por el pequeño reactor nuclear de apenas dos metros que alberga BioBee, la empresa alojada en el kibutz, propietario en parte de ella.
Este se utiliza para una peculiar producción: moscas esterilizadas tras segundos de exposición nuclear para salvar plantaciones de manera natural y evitar el uso de químicos.
"Nos dedicamos a la producción de insectos benéficos para el control biológico" como ácaros depredadores, pequeñas avispas o abejorros polinizadores, además de la mosca de la fruta, dijo a la Agencia EFE el director comercial de BioBee para América Latina, Yesurun Pleser.
La historia del proyecto se remonta a tres décadas atrás como resultado de las divagaciones de dos fanáticos de los insectos residentes en esa pequeña comunidad israelí que buscaron y encontraron la manera de obtener un beneficio tanto económico como social de su pasión.
La idea clave del control biológico de plagas de insectos, ácaros o malezas, entre otros, se sustenta en el empleo de organismos vivos que interfieren o actúan sobre la plaga parasitándola, depredando o enfermándola.
Como el número de "controladores" que existen de manera natural no son suficientes para limitar la expansión o reducir la presencia de la plaga, empresas como BioBee se pusieron en marcha para reproducir el curso de la naturaleza y disminuir el uso de plaguicidas.
En ocasiones, lo logran introduciendo algunas modificaciones en el ciclo vital, como ocurre con su producto estrella, la mosca de la fruta esterilizada.
La Agencia EFE informa en su crónica que Croacia ha sido uno de los últimos clientes en decantarse por los servicios de esta empresa, que comenzó empleando a los habitantes del kibutz y tiene ahora a una plantilla de más de 200 trabajadores sólo en Israel, más de las filiales que ha abierto en Rusia, Chile, Colombia o la India.
Unos 400 millones de moscas israelíes infértiles fueron trasladadas hasta la frontera entre Serbia y Croacia tras ganar un concurso promocionado por la propia Agencia Internacional de la Energía Atómica, que financia parte del proyecto por su interés en promover el uso de la energía nuclear para fines pacíficos.
¿Cuál es el secreto frente a otras empresas similares?: Controlar a la perfección los factores climáticos en la producción de insectos.
Fuente: EFE