Según el experto, son cuatro las funciones básicas que "despiertan" Facebook, Twitter e Instagram, entre otras: la búsqueda de aprobación, de autosuficiencia, la comparación y el sistema de deseo sexual.
Para Fros Campelo, el deseo de reconocimiento de otros surge por un instinro primitivo y sexual, de supervivencia. "Pensá en el hombre de hace 600 mil años que necesitaba llamar la atención de la hembra para dejar descendencia", expresó.
Además del deseo sexual, "hay una aprobación inherente a la pertenencia que también tiene que ver con la protección. El cerebro en esa etapa primordial era refinado para medir si estábamos siendo aprobados o no por los pares de la manada, y se siente muy feo no estar reconocidos o incluidos por los pares porque es una forma que encontró la evolución de reparar la distancia".
Segú publica Montevideo Portal, Fros Campelo habló de la función de comparación, que éste entiende fue la que más han estimulado las redes: "Estas plataformas nacen como un intento de apelar a la aprobación, y se termina desvirtuando esa intención al activar mucho más la comparación. Está demostrado que cuanto más usas las redes sociales más infeliz sos".
"Las redes sociales toquetean directamente ciertas funciones y sistemas que quedan encantados por el estímulo y nos prometen dos cosas mágicas: que siempre te van a escuchar y que nunca vas a estar solo. Tal vez eso sobreestimule cada vez más el creciente temor a la soledad", concluyó el especialista.