Si hay algo que caracteriza a Lightpaper, además de su grosor, es cómo se produce. Una impresora es capaz de mezclar tinta y pequeños LED en una capa conductiva y sellarla. Los diodos tienen el tamaño de un glóbulo rojo y se distribuyen de forma aleatoria sobre el material. Cuando se pasa una corriente eléctrica por el material, se hace la luz.
Los costos de fabricación, en comparación con un OLED, son más baratos y la vida útil es de 20 años, como un LED convencional.
La idea es que Lightpaper se instale en lugares donde pueda hacer una gran diferencia en el tiempo más corto posible, como iluminar el logo en dispositivos móviles o reemplazar las luces tradicionales de los coches.